Desde que el pasado día 3 se conocieran con
detalles los polémicos Presupuestos Generales del Estado para este año, Twitter
ha sido un completo hervidero de quejas, gritos e indignación. Este fue el
primero de varios disgustos que en la última semana no han dejado indiferente a
la gran mayoría de los españoles. En la red se está emprendiendo una
verdadera lucha contra el Gobierno, y la cosa promete. Cuanto más intenta éste cubrirse las espaldas, más se revela y enfada el pueblo.
Los Presupuestos, a pesar de verse venir, han sorprendido en muchos sentidos. La reducción ha hecho que las pensiones, el desempleo e intereses de la deuda representen un 56’8%. Las becas para estudiar se reducen un 11’6% (las universitarias en un 62’5%), 25.000 millones de euros van destinados a pagar deudas pendientes y menos de 1000 millones es la cifra con la que cuenta el Ministerio de Cultura. El sueldo del Presidente y de los Ministros no se toca, la Casa Real sufre un recorte del 2% (mucho menos del que sufren los ministerios) y la inversión en I+D se reduce en un 34%. La revista Achtung! ha publicado en su web un gráfico que ilustra y resume a las mil maravillas los recortes.
Quien haya echado un mínimo vistazo a la red
social habrá podido comprobar la enorme dificultad que supone encontrar
comentarios a favor de esta hazaña del Gobierno. La gran indignación está
motivada por el no-recorte a la Iglesia, algo que los tuiteros no pueden
entender, como tampoco entienden la reducción de las ayudas al cine o a la
ciencia.
Una
semana más tarde, cuando los españoles no nos habíamos recuperado aún de este
duro golpe, el Gobierno reapareció en escena para volvernos a sorprender con
MÁS RECORTES. En esta ocasión, el Ejecutivo anunció a través de un comunicado la
puesta en marcha un nuevo paquete de reformas en educación y sanidad con las
que se prevé ahorrar 10.000 millones de euros. Las Comunidades se mostraron
confusas ante el anuncio, puesto que no cuentan con la información acerca de en
qué y cuánto les toca recortar. Mientras, los ciudadanos se dejan ver irritados
por las decisiones del Gobierno, convirtiendo en trending topics hashtags como
#Presupuestos2012, #PGE, #SanidadyEducación, #LuchayDesobedece, #SOSbienestar, #RajoyDimisión, etc. y piden a gritos
una fuerte y exhaustiva ley de
transparencia para acabar con el secretismo y la corrupción
(#TransparenciaRealYA).
“No sabemos cuánto nos va a tocar del recorte y primero tenemos que ver en qué consiste. Solo conocemos una nota que hizo pública el Gobierno. Yo estaría en condiciones de ofrecer alternativas”, decía el presidente andaluz, José Antonio Griñán.
Y tras todo esto, la guinda del pastel la
puso ayer mismo el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Resulta que el Ejecutivo,
tal y como informó el ministro, ha decidido llevar a cabo una reforma del
Código Penal: la resistencia pasiva será considerada como un atentado a la
autoridad castigado con la cárcel, y la convocatoria por Internet estará
considerada un delito de “integración en organización criminal” y se penará, también, con
la cárcel. El ministro, además, al hablar sobre el endurecimiento de las
sanciones para la violencia callejera, ha equiparado éste con la legislación
antiterrorista diseñada para tratar los casos de kale borroka en el País Vasco. No son muchos los que han unido cabos y han
llegado a la conclusión de que, a un mes del 15-M, el Gobierno se prepara para
actuar con mano dura y controlar las protestas. Tras la ‘Primavera valenciana’,
la huelga general del 29 de marzo y el brutal descontento con los Presupuestos
y los recortes, tratan de frenar otras posibles protestas. El periodista
Ignacio Escolar escribía hoy mismo un artículo en su blog en el que resumía la
situación de forma clara: “El Gobierno de Rajoy quiere blindar las calles,
endurecer las leyes, encarcelar a los revoltosos y criminalizar a los que
protesten”. Y es que los delitos que la minoría de manifestantes protagonizan
en las protestas YA están penados y, aún así, el Gobierno los utiliza de excusa
para adormecer a los ciudadanos y su derecho a quejarse y manifestarse
pacíficamente.
En
Twitter no sólo fue protagonista el anuncio de la reforma en sí, sino la
actitud que Rajoy tuvo a la salida de la Moncloa, después de conocerse la
noticia. Bajo el hashtag #CorreMarianoCorre, lo tuiteros han hecho bromas y
ridiculizado al presidente por salir ‘corriendo’ cuando decenas de periodistas
esperaban sus declaraciones a la salida del edificio. Mariano esquivó las
cámaras descaradamente y sin intención alguna de pararse ante ellas.
Ante esta situación vemos a los INDIGNADOS
MÁS INDIGNADOS QUE NUNCA, con ganas de revelarse por más trabas que pone el
Gobierno. Por lo pronto, el próximo domingo (15 de abril) se ha convocado una
manifestación en Madrid. ¿Qué será lo siguiente con lo que nos sorprenderán los jefes?
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